“Tú no lo viviste, no sabes nada.”
Es lo que le repite el protagonista japonés a la mujer francesa al escucharla hablar del bombardeo atómico en Hiroshima del año 1945.
Estos personajes son dos apasionados amantes de la película “Hiroshima mon amour” de Akira Kurosawa que discuten sobre las bombas que cayeron en Japón mientras se encuentran en la intimidad.
Ella talvez no lo vivió personalmente, pero tampoco él. Ellos vivieron esto a través de memorias y recuerdos distintos. Ella, una ciudadana francesa que ni siquiera estaba viva para el ataque, guarda una memoria humanista sobre el tema , la historia, museos y noticias son sus recuerdos. Para él, oriundo de Japón que tampoco había nacido para el bombardeo su memoria se basa en recuerdos familiares y culturales, una memoria histórica que lo ha acompañado toda la vida.
Hoy decidí rescatar esta cita de mi clase de Visión Integrada de las Artes porque cada vez que el hombre le decía a la actriz francesa que ella no había visto nada, que no lo había vivido, me acordaba de mis amigos, familiares y hasta desconocidos que me decían lo mismo, que yo no había vivido el terremoto, que no vi nada comparado a lo que habían visto ellos y que por suerte no estaba en Chile.
Pero aunque yo intentaba empatizar con ellos, ellos nunca lo intentaron conmigo. Ese 17 de febrero yo estaba a miles de kilómetros de Chile y puedo decir que yo también viví el terremoto.
Ese día 5 horas después del terremoto me entero en Cuba de lo que había sucedido en mi país No sabía nada de mi familia, mis amigos y de mi pololo, las líneas telefónicas e Internet estaban saturadas, el único contacto con mi mundo eran las noticias del CNN en Español que mostraban las imágenes de mi país casi que en ruinas e información vaga.
Alas 6 de la tarde, 9 horas después CNN desmiente que el epicentro del terremoto no había sido en Concepción si no que en Constitución, lugar donde se encontraba mi pololo de vacaciones.
A las 11 de la noche del Sábado 17 de febrero del 2010, 17 horas después del terremoto alfín me pude comunicar con Chile, era mi suegro. Él me dijo que recién había tenido contacto con mi pololo y que estaba “bien” y que lo estaban yendo a buscar. Una hora después hablé con mi mamá.
Ese día la incertidumbre y el miedo casi me matan, ese día no hice nada más que ver las noticias mientras sufría por mi gente, ese día di a mi pololo por muerto, ese día no deje de llorar.
Así que si aún creen que no lo viví ustedes tampoco lo hicieron.
